¿Contagio?

¿Quién está interesado en el contagio de la crisis chipriota al resto de la eurozona? Los mercados que han visto cómo últimamente sus inversores reducían sus beneficios con la deuda soberana española e italiana, se han lanzado enseguida a por una nueva víctima para aumentar su capital. Los primeros zarpazos usando de pretexto a las elecciones italianas, y a los partidos que ellos llamaban "populistas" (término acuñado para desprestigiarles, simplemente por querer devolver el poder al pueblo) no obtuvieron los resultados que esperaban, pero ahora con Chipre parece que sí lo lograrán.

Los inversores llevan años viviendo una auténtica "primavera del capital". Una "fiebre del oro" enloquecida entre orgías de dinero. No en vano se dice que es la deuda española (y la italiana, y la portuguesa...) la que enriquece a Alemania. Gracias a esto sus mercados son fuertes y robustos, y el dinero de nuestros impuestos se inyecta en sus sistemas y en sus bancos a manos llenas. Con esta perspectiva, ¿cómo van a querer cambiar las reglas del juego?


Lo más dramático de esta situación es que para seguir absorviendo nuestros beneficios, cuando ya no tengamos más que ofrecer en forma de impuestos, lo harán también directamente con una quita a nuestros ahorros. De hecho, lo que han realizado hasta ahora es una forma encubierta de hacerlo. Y lo peor de todo esto es que aquí no hace nadie nada. Todos tan contentos. ¿Y por qué? Pues la respuesta es muy fácil: porque quienes deberían hacerlo, los altos cargos de los ministerios y del partido en el poder, siguen cobrando sus multimillonarias nóminas puntualmente, mes a mes. Si ellos, como los demás ciudadanos, viesen mermadas sus nóminas al cero absoluto, harían realmente algo y se moverían tratando de mejorar la situación. Mientras tanto, desayunan en el Ritz mientras sus conciudadanos rebuscan los restos de comida en la basura.

"Pero no pasa nada" -repiten insistentemente, como un lema- "tenemos mayoría absoluta". ¿Creen que con eso ya comen las familias? ¿Qué les importa a quien pasa hambre y no tiene ni para sobrevivir su mayoría absoluta?

| Luis González