1/4/13

¡Todos fuera!

El cierre ayer en Gijón de la última factoría multinacional de motocicletas de España supuso la última de una larga lista de industrias que se han ido de nuestro país, favorecidas por la facilidad de despidos que ha establecido el Gobierno con su reforma de la ley, y con la excusa de la crisis (una perfecta excusa para llevar a cabo todos los desmanes que se han propuesto y han querido, tanto políticos de turno como empresarios).

Con esta ley de reforma laboral el Gobierno ha querido que los españoles se vayan fuera del país, abaratando su despido y facilitando que sea más complejo mantener a trabajadores. Es el fin último de una reforma que tiene muy claros objetivos: ¡todos fuera!


Curiosamente, y tal como el Gobierno dice (aunque en otro sentido), está logrando su objetivo: cada vez más españoles se marchan, en busca de un futuro que aquí se les niega y huyendo del hambre y la marginación. En España ya no se puede vivir. No hay salud pública (los hospitales se están desmantelando), las medicinas hay que pagarlas, y sólo hay ofertas de empleo para policías y guardias civiles. A esto hay que añadir (qué paradójico) que el único presupuesto que aumente sea el de gastos militares. En España ya sólo quedan cuatro "amansados" que no se atreven ya ni a alzar su voz y salir a la calle.

Desde fuera a España la vemos como un país desolado, desierto y sin fuerza ni respuesta social (lo único con lo que han respondido los españoles con todos estos abusos ha sido con alguna manifestación con lo que ellos llamaban "gritos en silencio"). Desde Madrid se dice y se aplaude "lo madura" que es la sociedad española al dejarse estrujar con todos estos cambios a golpes de decreto (hasta tal punto de que Rajoy ostenta el escandaloso título de presidente que gobierna por decretazo), sin alzar la voz y agachando la cabeza.

El Gobierno se escuda ardientemente en el hecho de que ganó las eleccones con mayoría absoluta, y es esa mayoría la que, según ellos, les da autoridad para hacer y deshacer como les apetezca. Pero todo el mundo sabe -ellos también, claro, aunque públicamente no lo admitirán jamás- que si los votantes llegan a saber cuál sería su forma de gobernar no les habrían otorgado su confianza jamás. Incluso se puede ir más allá: el PP ganó las elecciones con un programa electoral que nunca cumplió, lo cual es un fraude de ley en toda regla. Rajoy, el mayor aladid de la legalidad, llegando al poder por medio de fraude de ley. Jamás se ha viso nada igual.

Con ello no sólo se engañó a todo el electorado, sino a sus propios votantes. Contaron una cosa con el simple objetivo de ocupar el sillón, y luego se olvidaron de todo e hicieron lo contrario a lo que proclamaban.

¿Qué les queda, pues, a los españoles, cuando ven que todas las industrias echan el cierre dejándoles "con una mano delante y la otra atrás"? Sólo pueden optar por tres salidas: rebelarse, aguantarse, o huir como cobardes. Está claro que huir como cobardes es la estrategia preferida por todos nosotros. Confiamos en que la historia no nos juzgue nuy severamente por nuestra parsimonia y desdén.

| Gemma Moreno

1 comentario:

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